Hay varias especies a las que se le da ese nombre: Ficus indica, Ficus benghalensis, etc. También recibe otros nombres más sugerentes, por ejemplo higuera de Bengala o higuera estranguladora. Lo de higuera es porque ésta también es de la familia de los ficus y lo de estranguladora porque empieza siendo parásita de otro árbol al que termina asfixiando.
Una de sus semillas cae en un árbol, muchas veces una palmera, en alguna oquedad del tronco o de alguna rama. Poco a poco empieza a crecer, de un modo raro: desde las ramas de su huésped echa raíces hacia abajo que alcanzarán la tierra. Así que se manifiesta como raíces que van desde las ramas de los árboles al suelo.
(En muchas películas en las que la acción transcurre en Asia, salen “lianas” por las que saltan los héroes y, a veces, sus perseguidores. En muchas ocasiones esas “lianas” no son otra cosa que raíces de baniano que todavía no han llegado al suelo.)
Cuando enraízan bien en el suelo, engordan, tanto la parte vertical (las raíces) como la horizontal; se hacen más sólidas y robustas. Crece longitudinalmente y vuelve a lanzar raíces hacia abajo.
Muchos pueblos de Asia hacen mucha vida social debajo de los banianos, pues les protege de los rayos del sol. A través de sus raíces y ramas la gente pasea, construye templos, y pone mercadillos. De hecho, el nombre de baniano viene de los mercadillos. Los mercaderes ambulantes recibían el nombre de banianos. Como era habitual que pusieran sus tenderetes bajo estos árboles, los occidentales terminaron por llamar al árbol como al de la profesión.
Budistas e hindúes lo consideran un árbol sagrado. De sus frutos se han obtenido medicinas contra la lepra y la diabetes. A los humanos no nos gustan demasiado dichos frutos, pero hay monos a los que les encanta, lo mismo ocurre con murciélagos y ciertas aves. Los elefantes comen sus hojas con deleite.
El baniano más famoso es el del Jardín Botánico de Calcuta. Tiene más de 230 años de edad y ocupa una superficie de 12.000 metros cuadrados; más o menos un círculo con un diámetro de 120 m. La circunferencia del tronco principal es de más de doce metros.
A pesar de esa fama, el libro Guinness de Récords nos dice que el más grande también está en un ciudad india, en la ciudad de Kadiri. El “arbolito” en cuestión se llama Thimmamma Marrimanu.
Thimmamma, según los lugareños, es el nombre de una mujer que salvó a su marido con su devoción. Una leyenda local dice que si una pareja sin hijos reza a Thimmamma bajo el árbol, al año siguiente tendrá un hijo.
En España hay buenos ejemplares de baniano, aunque nada comparable a lo de Calcuta o Kadiri, en la isla de Tenerife.