Es una película dirigida, en 1998, por Michael Bay, conocido por dirigir películas como La Roca (1996), Dos Policías Rebeldes (1995) o Pearl Harbor (2001). Este director demostró ya en La roca capacidad más que de sobra para hacer creíble lo increíble gracias a que no permite al espectador ni un minuto de respiro para reflexionar sobre lo absurdo de las situaciones que plantea.
Un enorme asteroide, del tamaño del estado de Texas, se acerca a la Tierra amenazando con destruirla por completo. En la NASA la única solución que se considera viable es la de enviar un equipo de perforadores al asteroide para que introduzcan en su centro una cabeza nuclear que lo parta en dos y desvíe su trayectoria. Para ello recurre a Harry S. Stamper (Bruce Willis), el mayor experto en perforaciones petrolíferas en alta mar, y a su cualificado equipo de perforadores.