Psicópata, o personalidad psicópata o psicopática, voz derivada del griego, significa 'enfermo de la psiquis' o 'enfermo mental'.
Sin embargo, se acota su significación. En las obras francesas del siglo XX psicópata suele utilizarse como sinónimo de psicótico. En estudios psicológicos más recientes existe una controversia; según algunos autores, los individuos psicópatas son perversos, aunque los indicios nosológicos tienden a mostrar que los llamados psicópatas suelen ser personalidades psicóticas de tipo borderline, aunque en la actualidad no se considera como una 'enfermedad' propiamente dicha, sino como una 'alteración divergente de la personalidad', ya que sus capacidades cognitivas y de percepción de la realidad permanecen intactas, no así la personalidad que le otorga sus características (aun así figura en el DSM-IV).
Los psicópatas no pueden empatizar ni sentir culpa, por eso interactúan con las demás personas como si fuesen cualquier otro objeto, las utilizan para conseguir sus objetivos. No necesariamente tienen que causar algun mal, pero si hacen algo en beneficio de alguien o de alguna causa aparentemente altruista es sólo por egoísmo, para su beneficio.
Según la teoría por la cual una persona psicópata es una persona perversa, se supone en esta clase de personalidad que está basada en un sujeto que mantiene el principio de realidad pero carece de superyó. Esto hace que la persona psicópata pueda cometer acciones criminales u otros actos cuestionables con total falta de escrúpulos, sin sentir culpa.
La cada vez más reforzada noción sobre que las personalidades psicopáticas son psicóticas, les encuadra dentro de las personalidades borderline. En todos los casos, las personas psicópatas tienen conductas criminales o de otro tipo, siempre y haga lo que haga, sin ningún sentimiento de culpa, pese a que mantienen plena consciencia de sus actos o de sus intenciones (lo que nos devuelve a la controversia sobre que no se considere una enfermedad mental).
Una personalidad psicopática no se restringe al asesino en serie, tal y como sugiere el estereotipo del psicópata más extendido en nuestra sociedad. Un psicópata puede ser una persona simpática y de expresiones sensatas que, sin embargo, no duda en cometer un crimen cuando le conviene y, como se ha explicado, lo hace sin sentir culpa por ello. La mayor parte de los psicópatas no cometen crímenes, pero no dudan en mentir, manipular, engañar y hacer daño para conseguir sus objetivos sin sentir por ello remordimiento alguno.
A efectos penales hace mucho que se planteó el dilema sobre si una personalidad divergente de este tipo es imputable, especialmente si es de estructura psicótica. Debido a que el concepto de 'enfermedad mental' quedó en desuso (ya sea personas sádicas, violadoras, estafadores, o cualquier otra actividad reprobable que desarrolle el psicópata), se tiende a sostener que le corresponde punición dado que la persona mantiene consciencia de sus actos y puede evitar cometerlos. También influye el derecho colectivo de la sociedad a protegerse de sus acciones.
Es importante saber que la psicopatía es incorregible, aunque se pueden utilizar fármacos antipsicóticos para reducir su impulsividad y rehabilitación conductual con una alta disciplina, pero las terapias de rehabilitación habituales no sólo son ineficaces, sino peligrosas. Dada su incapacidad para empatizar, y que la empatización hacia sus víctimas es el pilar principal de todo proceso de rehabilitación social por el que pasan los delincuentes, la rehabilitación de los psicópatas se está basando en el egoísmo del propio sujeto, fomentando una conducta que le reporte beneficios y evite penas.
Una forma de sanación o mejoramiento concretos es la espiritual, siempre que ponga voluntad quien la padece, debido a que es el egoísmo el motor o motivo de su alteración y el amor es el polo opuesto que destruye el egoísmo, demostrándosela con hechos además de palabras, pero requiere que al recibirlo, haga lo mismo con los demás y se de cuenta que haciéndole bien al mundo, se hace un bien a si mismo ya que está en el mundo y los otros seres humanos son pares suyos, no objetos.
Actualmente se ha desarrollado un escaner que lee la zona del cerebro que contienen nuestras intenciones, antes de realizarlas, y se baraja la posibilidad de usarla en un futuro para descubrir nuevos casos de psicopatías. Este escaner, también llamado PET (Tomografía por Emisión de Positrones) permite leer la actividad del cerebro ante determinados estímulos. Los estímulos relacionados con las capacidades de empatía se encuentran ausentes en el lóbulo prefrontal del cerebro en el caso de los psicópatas, ya que por lo que sabemos de neurología, el lóbulo prefrontal es el mecanismo principal de nuestros razonamientos morales, y en caso del psicópata se halla inactivo ante un estímulo que sugiera empatía hacia terceras personas.