Partenogénesis

La partenogénesis (del griego παρθένος parthenos = virgen + γένεσις génesis = generación) es una forma de reproducción basada en el desarrollo de células sexuales femeninas no fecundadas, que se da con cierta frecuencia en platelmintos, rotíferos, tardígrados, crustáceos, insectos, peces, anfibios y reptiles, más ráramente en algunos peces y, excepcionalmente en aves. La partenogénesis fue descubierta por Charles Bonnet. Jan Dzierzon fue el primero en descubrir la partenogénesis de los zánganos de las abejas.

Puede interpretarse tanto como reproducción asexual o como sexual monogamética, puesto que interviene en ella una célula sexual o gameto.

Consiste en la segmentación del óvulo sin fecundar, puesta en marcha por factores ambientales, químicos, descargas eléctricas, etc. En algunos casos (peces), a los que no referimos como geitonogamia, se requiere el contacto o la fusión con un gameto masculino, pero no se completa la fecundación, no contribuyendo con sus genes la célula masculina.

El producto, llamado partenote, no podrá llevar cromosomas específicamente masculinos. Según la modalidad de la determinación del sexo, eso puede limitar a los descendientes a sólo uno de ellos, como ocurre en las abejas, donde las hembras son diploides, procedentes de huevos fecundados, y los machos haploides, partenogenéticos.

Aunque el procedimiento se ha intentado también con gametos masculino, no se ha logrado todavía el desarrollo de embriones, porque las células masculinas están generalmente reducidas para la única función de fecundar, mientras que las femeninas son característicamente totipotentes.

En noviembre de 2006, los científicos Argentinos Ester Polak y José Cibelli activaron por primera vez óvulos humanos sin requerir espermatozoides, lo que podría permitir obtener células madre sin formar embriones.