La presión osmótica es una propiedad coligativa y es una de las principales características que deben tener en cuenta en las relaciones de los líquidos intersticiales e intravasculares que constituyen el medio interno. La membrana celular determina un comportamiento que contiene soluciones de distinta concentración al medio extracelular que la rodea, creando una barrera de control de solutos.
Cuando una disolución se pone en contacto con el disolvente a través de una membrana semipermeable que deja pasar a las moléculas de disolvente pero no las de soluto, las moléculas de disolvente, que están en mayor concentración en el disolvente puro, difunden hacia la disolución, donde su concentración es más pequeña. Se puede llegar a una situación de equilibrio contrarrestando esa tendencia mediante la aplicación de una cierta presión sobre la disolución, presión que es conocida como presión osmótica de la disolución y se representa con la letra griega Π.
La presión osmótica, es aquella fuerza que sería necesaria para detener el flujo de agua a través de la membrana semipermeable. Al considerar como semipermeable a la membrana plasmática, las células de los organismos pluricelulares deben permanecer en equilibrio osmótico con los líquidos tisulares.
Esta viene dada en osmoles. Para calcular la osmolaridad de una solución se debe multiplicar el peso molecular de ésta por la cantidad de elementos en los que la misma se disocia.
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