El almendro es un árbol caducifolio que puede alcanzar 10 m de altura. De tallo liso, verde y marrón cuando es joven, pasa a ser agrietado, escamoso y grisáceo cuando es adulto. Hojas simples, lanceoladas, largas, estrechas y puntiagudas, de 7.5-12.5 cm de longitud y color verde intenso, con bordes dentados o festoneados. La flor solitaria o en grupos de 2-4, es pentámera con cinco sépalos, cinco pétalos con colores variables entre blanco y rosado dependiendo de las especies de unos 3-5 cm de diámetro. Los frutos de unos 3-6 cm de longitud en drupa con exocarpo y mesocarpo correosos y endocarpo duro, oblongos, elipsoidales, con carne seca, tomentosos, de color verde, dehiscentes. Tarda 9 meses en madurar.
Frutal de zonas cálidas, tolera poco el frío. La mayoría de los almendros se cultivan en secano, sobre suelos sueltos y arenosos. La semilla posee dos tegumentos envolventes, la testa y el tegmen.
Se multiplica normalmente por injerto sobre patrones de algunas variedades de almendro (Garrigues) o sobre híbridos de melocotonero X almendro (GF677 y otros), el uso como patrón del almendro amargo ha caido en desuso, aunque fue utilizado muchísimo durante muchos años por ser más resistente a la sequía y a los suelos calizos.
La gran mayoría de las variedades cultivadas hoy en día son autoestériles, el polen de una variedad no puede polinizarse a sí misma. Por ello, se hace necesaria la presencia de dos variedades distintas en las explotaciones, de modo que el polen de una variedad polinice a la otra. Normalmente se planta una variedad base y después entre un 25 y un 40% de la variedad polinizadora. Se deben situar las variedades polinizadoras dentro de las mismas parcelas. Hoy en día, los obtentores de nuevas variedades, buscan que estas sean autofértiles, de modo que no sean necesarios polinizadores.