Civilización

Civilización, utilizando el término en un sentido restringido, es una sociedad compleja. Las civilizaciones se diferencian de las sociedades tribales basadas en el parentesco por el predominio del modo de vida urbano (la ciudad, que impone relaciones sociales más abiertas) y el sedentarismo (que implica el desarrollo de la agricultura y a partir de ella el desarrollo económico con la división del trabajo, la comercialización de excedentes y, más tarde, la industrialización y la terciarización).

Si se utiliza en un sentido amplio, pasa a ser sinónimo de Cultura (englobando las visiones del mundo o ideologías, las creencias, los valores, las costumbres, las leyes e instituciones).

La descripción tradicional de la evolución cultural de la humanidad incluía su paso por tres estadios: salvajismo, barbarie y civilización. El predominio europeo desde la era de los descubrimientos (siglo XV), pero sobre todo desde la Revolución Industrial (siglo XVIII) y el reparto colonial de África (siglo XIX), parecía hacer evidente para los contemporáneos la supremacía de todas sus particulares formas de organización: fueran económicas, sociales, políticas, incluso sus creencias y su raza (misionerismo y racismo). Desde ese punto de vista, el concepto ilustrado de civilización universal pasa a imponerse como un esquema particular al que todas las partes del mundo deben amoldarse por su propio bien, bajo la protección de lo que se bautiza como Civilización Occidental, en la fase del capitalismo que se conoce como Imperialismo (definición de Lenin).

El surgimiento de dudas en este esquema es paralelo a su propia formulación, y pueden rastrearse desde la Junta de Burgos y la Junta de Valladolid, en que se realizó el debate de los justos títulos en el que Bartolomé de las Casas tomó partido por los conquistados en vez de por sus compañeros de conquista (aunque desde luego pensaba en su religión como única verdadera). El relativismo cultural que se hace científico con la antropología moderna (Bronislaw Malinowski) va a ampliarse al concepto de civilización, que empieza a usarse en plural, y en pie de igualdad relativa, para definir a cada una de las organizaciones humanas, vinculadas a una forma de entender la vida, más allá incluso del concepto de Religión o de Cultura.

Entendido de este modo, en plural, cada civilización es una entidad cultural que aglutina un sentido semiinconsciente de unidad, y que agrupa en su seno a varias naciones y pueblos distintos.

Determinadas sociedades, por sus especiales logros culturales y por la capacidad de éstos de imponerse como comunes a un espacio más o menos amplio, son consideradas por los historiadores como civilizaciones independientes. Un ejemplo claro lo daría la sinfictionía que unificaba a todas las poleis griegas en torno a determinados lugares de culto (el oráculo de Delfos), festividades (las Olimpiadas) o textos (las obras de Homero) y que las oponía a lo que consideraban bárbaro (extranjero, que habla con sonidos ininteligibles: bar-bar) y no helénico, como los persas.