Los búnkeres fueron empleados especialmente en la Segunda Guerra Mundial, aunque también se construyeron en la Guerra Civil española, formando barreras defensivas que se extendían en ocasiones a lo largo de cientos de kilómetros. Éste es el caso de los búnkeres construidos por los nazis a lo largo de la costa francesa y de la llamada Línea Maginot edificada por el gobierno francés entre 1927 y 1936 a lo largo de la frontera con Alemania.
El búnker también fue durante la transición española a la democracia la denotación dada popularmente a algunos sectores franquistas, en referencia a su cerrazón e irredentismo y contrarios a cualquier clase de cambio social o político.