Rotonda

El uso de la rotonda permite controlar la velocidad de los conductores, ya que obliga prácticamente a parar para incorporarse a la misma, evita la necesidad de regulación semafórica o complicados diseños que pueden acarrear dificultades de interpretación o incluso accidentes por dejar de respetar las señales de cesión de paso.

En vías con tráfico denso o muchas rotondas concatenadas, provoca cansancio en la conducción, ya que la incorporación y abandono de la rotonda, junto con el cambio y vigilancia de la velocidad supone un estrés adicional en el conductor.

También están las glorietas como espacio de paseo y relax, suelen verse en parques públicos y jardines, en muchos casos delimitadas por bancos, los únicos vehículos que deben transitar son los que carecen de motor.