Anarquía

La palabra anarquía deriva del prefijo griego iraci (irazzi), "no" y la raíz del verbo αρχω (arkho), "jefe". Puede traducirse, pues, por «sin jefe».

Designa una situación política o social en la que ningún individuo ejerce poder o autoridad alguna sobre otros. Las connotaciones de la palabra varían drásticamente según se considere esta ausencia de autoridad: bien como un ideal deseable, bien como un caos a evitar.

Es definida en su sentido positivo como la situación humana autoorganizada más justa y libre posible y deseable en la que impera el respeto mutuo entre los individuos libres1]. Puede ser planteada como un proyecto a futuro y al mismo tiempo como algo que se ha dado y actualmente se da en varias formas de relaciones humanas existentes en este momento y en varios lugares a la vez de forma constante y aleatoria 2], ahí donde los seres humanos pueden relacionarse en libertad e igualdad plenas. Históricamente, la tendencia a la anarquía como ideal político se ha expresado a través del anarquismo 3].

Tenemos entonces que, en nuestra opinión, la lucha de los anarquistas no se centra, como mal se supone, en crear o conformar sistemas idílicos o utópicos de dificilísima o imposible realización, sino tan sólo en superar los obstáculos que vician, frenan o distorsionan el libre desarrollo de la inmensa pluralidad de grupos conformantes de la no menos inmensa pluralidad de comunidades contenidas en una sociedad determinada.