Batalla de Inglaterra

La Batalla de Inglaterra no fue una única batalla sino toda una serie de operaciones librada en cielo británico en dónde cerca de cuatro meses (julio-octubre de 1940) Alemania buscó destruir la Royal Air Force (RAF) para obtener la superioridad aérea necesaria para una invasión a las islas. Una de las mayores campañas de la primera mitad de la Segunda Guerra Mundial, la Batalla de Inglaterra es el nombre comúnmente otorgado al intento de la Luftwaffe para ganar la superioridad aérea sobre la Royal Air Force (RAF), antes de una planeada invasión a Inglaterra tanto aérea como naval (Operación León Marino). Ni Hitler ni la Wehrmacht creían posible conseguir una invasión anfibia con éxito en las Islas Británicas hasta que la RAF hubiera sido neutralizada. Los objetivos secundarios eran destruir la producción de aeronaves y las infraestructuras terrestres, así como aterrorizar a la población británica con la búsqueda de un armisticio o rendición y atacar áreas de interés político.

Algunos historiadores han discutido sobre el hecho de que ningún tipo de invasión hubiera sido posible dada la superioridad masiva de la Royal Navy sobre la Kriegsmarine; dicha operación hubiera sido un desastre. Se argumenta que la Luftwaffe hubiera sido incapaz de evitar la intervención decisiva de los cruceros y destructores de la Royal Navy, incluso con superioridad aérea.

Una fuerza expedicionaria Italiana llamada Corpo Aéreo Italiano también tomó parte en la batalla tardíamente junto a los alemanes. La batalla de Inglaterra fue la primera gran batalla que fue enteramente disputada en el aire. Fue la mayor y más concurrida campaña aérea habida hasta hoy y la primera prueba de las estrategias de bombardeos que emergieron desde la Primera Guerra Mundial.