Yggdrasil, (arbol de la vida) en la mitología nórdica es un fresno perenne cuyas raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos: el Asgard, el Midgard, Hel, etc. De su raíz emana la fuente que llena el pozo del conocimiento, custodiado por Mimir.
A los pies del árbol se encuentra el dios Heimdall que es el encargado de protegerlo de los ataques del dragón Níðhöggr y de una multitud de gusanos que trataban de corroer sus raíces y derrocar a los dioses a los que este representaba. Pero también contaba con la ayuda de las nornas que lo cuidaban regándolo con las aguas del pozo de Urd. Un puente unía el Yggdrasil con la morada de los dioses, el Bifröst, el arco iris, todos los dioses cruzaban por él para entrar en el Midgard.
Yggdrasil rezuma miel y cobija a un águila que entre sus ojos tiene un halcón que se llama Veðrfölnir, a una ardilla llamada Ratatösk y a cuatro ciervos. Cerca de sus raíces habitan las nornas.
Su etimología es incierta pero se cree que Yggdrasil puede significar en nórdico antiguo el caballo de Odín, siendo uggr, temible, uno de los apelativos del dios y drasill caballo.
Para los nórdicos, el mundo del hombre era nada más una rama del gran Yggdrasil, el fresno del mundo. Nueve mundos posee Yggdrasil, y por ellos paso Odín antes de obtener el secreto de las runas. El árbol se divide en tres partes. Niflheim, Midgard y Asgard (Raíz, Tronco y Copa, respectivamente), podemos notar en esto la representación del ciclo de nacimiento, vida y muerte que ya se siente en las Nornas.
Las raíces son tres. La primera se dirige hacia la Fuente de Hvergelmir. La segunda a la Fuente de Mimir. La última a la Casa de las Nornas, el Destino. Los mundos son los siguientes por orden ascendente: