Antropología

La antropología (del griego άνθρωπος anthropos, "ser humano", y λογος, logos, "conocimiento"), es la ciencia que estudia al ser humano de forma holística. Combinando en una sola disciplina los enfoques de las ciencias naturales, sociales y humanas, la antropología es, sobre todo, una ciencia integradora. Analiza al hombre en el marco de la sociedad a la que pertenece, como hacedor de cultura y, al mismo tiempo, como producto de la misma. Se la puede definir como la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los modos de comportamiento sociales a través del tiempo y el espacio, es decir, del proceso biosocial de la existencia humana.

La antropología se crea como una rama de la filosofía, dedicada al estudio científico de la historia de la diversidad humana. Tras la aparición de los modelos evolucionistas y el desarrollo del método científico en las ciencias naturales, muchos autores pensaron que los fenómenos históricos también seguirían pautas deducibles por observación. El desarrollo inicial de la antropología coincide con el auge del pensamiento positivista que elevaba la razón como una capacidad distintiva de los seres humanos, y con el colonialismo europeo derivado de la Revolución industrial. Es por este último motivo que muchos trabajos de los primeros antropólogos sociales, sobre todo los británicos y franceses, versaban sobre las sociedades no occidentales de América, Asia, Oceanía y África.

Esta concepción de la antropología social fue abandonada en la segunda mitad del siglo XX y sustituida, según Marvin Harris, por "el estudio de la humanidad, de los pueblos antiguos y modernos y de sus estilos de vida".

Tradicionalmente se encuentran asociadas a la antropología otras disciplinas como la lingüística, la arqueología, la antropología biológica y la antropología social o antropología cultural. Esta última pone especial énfasis en el análisis de la cultura —término sobre el cual no existe consenso entre las corrientes antropológicas—, que se realiza básicamente por un proceso trifásico que comprende, en primera instancia, una investigación de gabinete; en segundo lugar, una inmersión cultural que se conoce como etnografía o trabajo de campo y, por último, el análisis de los datos obtenidos mediante el trabajo de campo.