En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo Ἀπόλλων Apóllōn o Ἀπέλλων Apellōn), el ideal del kouros (joven imberbe), era el dios de la curación, la luz, la verdad, el tiro con arco y también quien traía las mortales plagas.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular. Era la deidad profética del Oráculo de Delfos, así como una de las más importantes y multifacéticas divinidades olímpicas. Apolo también tenía dominio sobre los colonos y la medicina (mediante su hijo Asclepio), y era el patrón defensor de rebaños y manadas. Como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro era un dios de la música y la poesía. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanos.
Apolo era hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la cazadora virgen Artemisa, que tomó el lugar de Selene como diosa de la luna.
Apolo era conocido como Apulu en la mitología etrusca, influenciada por la griega. En la romana es conocido como Apolo y, especialmente durante el siglo III adC, como Apollo Helios a medida que fue siendo identificado con Sol. En la época helenística, Apolo se mezcló con Helios, dios del sol, y de la misma forma su hermana se igualó a Selene, diosa de la luna. Sin embargo, Apolo y Helios permanecieron como seres separados en textos literarios y mitológicos.1]