Una tontina es una operación de lucro mediante la cual un fondo económico aportado por varias personas es repartido, en una fecha fijada de antemano (incrementando además los intereses de los destinatarios), solamente entre los supervivientes.
Cada participante paga una suma para la tontina. Cuando muere se reparten los dividendos de ésta entre los supervivientes hasta que queda sólo uno vivo, que se quedaría con todo el capital. En el modelo originario, el dinero no empleado se destinaría en última instancia al estado que lo emplearía para obras públicas.
Recibe su nombre del banquero napolitano Lorenzo de Tonti, según su primera formulación, realizada para facilitar al cardenal Mazarino la obtención de préstamos, el estado debía proporcionar un capital inicial para la constitución de una mutua (de la que quedaban reservados dirección y usufructo) y luego repartir el dinero entre los sobrevivientes. La primera experiencia (la tontina real francesa de 1653) fracasó pero posteriormente conoció una gran acogida en Francia, España y el Reino Unido y más tarde en los Estados Unidos. Además acabó convirtiéndose en un modo de seguro de vida y jubilación.
También podemos encontrar el término "tontine" (la tontina en inglés) en la novela de Agatha Christie "El tren de las 4:50" (4.50 from Paddington) en donde la protagonista Miss Marple recuerda el uso de este sistema lo cual le sirve como pista para resolver el caso.