La hipertrofia benigna de próstata consiste en un crecimiento excesivo en el tamaño de la próstata a expensas del tamaño celular. Es muy común en los varones a partir de 60 años.
Por último la prueba más fiable es la biopsia prostática, aunque es de gran complejidad en algunas ocasiones diferenciar el adenocarcinoma de la hipertrofia benigna de próstata.
Su pronóstico es bueno, suele provocar un síndrome miccional y el tratamiento con antiandrógenos suele tener buenos resultados en el caso de que la próstata sea mayor a 40 g, pero el tratamiento farmacológico siempre es tendiente a mejorar o disminuir los síntomas obstrubtivos e irritativos que en últimas son los que deterioran la calidad de vida de los pacientes. Este tratamiento a los síntomas se hace con alfabloqueadores, que relajan el músculo liso de la uretra y relajan la vejiga permitiendo una evacuación de orina casi normal y su vez evitan la complicación más importante que es la retención urinaria aguda RUA.