El braquiosaurio (de nombre científico Brachiosaurus, que significa Reptil-brazo) era un dinosaurio perteneciente al infraorden de los saurópodos (dinosaurios cuadrúpedos y herbívoros con largos cuellos y colas y pequeños cerebros). A diferencia de otros géneros de saurópodos, el braquiosaurio tenía una constitución similar a la de las actuales jirafas, con largas patas y un largo cuello, el cual, probablemente, utilizaba para alimentarse de las copas de los árboles. En cuanto a sus extremidades, los primeros dedos de sus patas delanteras y los tres primeros de sus patas traseras tenían garras.
Se estima que pesaba de 35 a 90 toneladas y que podía llegar a medir 13 metros de altura y 25 metros de largo. Además, tenía dientes en forma de espátula y fosas nasales en la parte superior de su cabeza; esto último podría llegar a indicar que poseía un buen sentido del olfato. También tenía orificios en su cráneo para reducir el peso.
Se solía creer que el braquiosaurio utilizaba sus fosas nasales para bucear, y que pasaba la mayor parte del tiempo sumergido en el agua para compensar su gran masa corporal. Sin embargo, la teoría aceptada actualmente sostiene que era un animal terrestre por naturaleza: Estudios han indicado que la presión del agua habría sido demasiado grande para que pudiera respirar estando sumergido. Además, sus patas eran muy angostas y al sumergirse en el agua se habría hundido en el lodo.