La repartición de África, disputa por África o carrera por África fue la proliferación de los reclamos europeos sobre el territorio africano durante el periodo del Nuevo Imperialismo, entre la década de 1880 y el comienzo de la Primera Guerra Mundial, que involucró principalmente a las naciones de Francia, Alemania y el Reino Unido, aunque también participaron Italia, Portugal, Bélgica, España y, en menor medida, Estados Unidos, este último país a través de la fundación de Liberia.
Hablar de la llamada "disputa por África" es continuar un debate de más de un siglo de antigüedad. La segunda mitad del siglo XIX, alrededor del año 1880, vio la transición del imperialismo "informal" que ejercía control a través de la influencia militar y de la dominación económica a aquél de dominio directo.1] Los intentos para mediar la competencia imperial, tal como la Conferencia de Berlín (1884 - 1885) entre el Reino Unido, Francia y Alemania no pudieron establecer definitivamente los reclamos de cada una de las potencias involucradas. Estas disputas sobre África estuvieron entre los principales factores que originaron la Primera Guerra Mundial.