El gaélico escocés (Gàidhlig) llegó a Escocia alrededor del siglo V, cuando los escotos de etnia celta y provenientes del norte de Irlanda se asentaron en la costa occidental, llevando una variedad del gaélico que sustituyó a la antigua lengua de los pictos hablada en la zona hasta entonces. De ahí su similitud con el gaélico hablado en Irlanda y la Isla de Man. Más tarde, los préstamos lingüísticos procedentes de los anglos y las invasiones vikingas irían relegando cada vez más el idioma, hasta que alrededor de 1500, durante el reinado de Jacobo IV, se crearon en las Hébridas las cortes locales y las escuelas de bardos, que fueron cuna del Sistema de Clanes de las Tierras altas y un refugio para la cultura y el idioma gaélico, fuertemente reprimido durante siglos. Hoy en día es hablado por unas 60.000 personas en las regiones norteñas de Escocia.
Aunque menos del 1% de la población escocesa - de un total de 5,1 millones- hablan este idioma, para los que lo hablen, hay varios periódicos y programas de radio disponibles. Actualmente el Parlamento Escocés está considerando una ley para que el gaélico escocés sea una de las lenguas oficiales de Escocia, junto al inglés.